Un termómetro para medir el dolor de la artrosis

Un termómetro para medir el dolor de la artrosis

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Autor: Josep Corbella (Periodista científico de La Vanguardia) Médicos del Hospital del Mar de Barcelona han desarrollado una técnica para medir el dolor que perciben las personas con artrosis. Este termómetro del dolor, como lo llaman sus creadores, permite medir por primera vez de manera objetiva las sensaciones dolorosas que experimentan los pacientes. Puede ser […]

Autor: Josep Corbella (Periodista científico de La Vanguardia)

Médicos del Hospital del Mar de Barcelona han desarrollado una técnica para medir el dolor que perciben las personas con artrosis. Este termómetro del dolor, como lo llaman sus creadores, permite medir por primera vez de manera objetiva las sensaciones dolorosas que experimentan los pacientes. Puede ser útil para recetar el tratamiento más apropiado para cada paciente, así como para investigar la eficacia de nuevos fármacos analgésicos.

clinical-thermometer-153666_640El avance se ha presentado en el simposio “Dolor y artrosis” celebrado el 13 de marzo como parte de los actos de celebración del centenario del Hospital del Mar. La dirección del centro médico ha aprovechado la efeméride para promocionar sus áreas de mayor excelencia -entre ellas, el estudio de la artrosis-. Se trata del primer centro médico de España que ha creado un Laboratorio de Artrosis para avanzar en la investigación de esta enfermedad que afecta a cerca del 10% de la población del país.

Tres tipos de dolor

El equipo de reumatología del Hospital del Mar ya había demostrado en una investigación anterior que el cerebro procesa tres tipos de dolor distintos, aunque nosotros los percibimos de manera integrada y no por separado.

Por un lado, está el dolor puramente sensorial, que se desencadena cuando se produce un daño físico –por ejemplo, en el caso de la artrosis, en una rodilla o una cadera-. Por otro, está el dolor emocional, que activa otras áreas del cerebro y que se refiere a cómo procesamos emocionalmente el daño físico. Finalmente está el dolor cognitivo, que se refiere a cómo tomamos conciencia del dolor y que activa regiones cerebrales distintas a los otros dos tipos de dolor.

Esto explica que, ante un mismo daño físico, personas distintas puedan reaccionar de manera muy diferente. El dolor, según ha comprobado el equipo del Hospital del Mar, es una experiencia compleja y el nivel de tolerancia al dolor varía ampliamente de unas personas a otras.

¿Cómo funciona el termómetro?

El nuevo termómetro para medir el dolor que experimenta cada paciente se basa en la técnica de resonancia magnética funcional, que cuantifica los cambios de flujo sanguíneo registrados en distintas zonas del cerebro.  Cuanto más activo es un grupo de neuronas, más oxígeno consume y más sangre debe llegarle. Por lo tanto, medir los cambios microscópicos de flujo sanguíneo permite ver qué áreas del cerebro están más activas en cada momento.

Los médicos del hospital del Mar pueden monitorizar así qué áreas del cerebro se activan más cuando una persona con artrosis experimenta dolor. De este modo, pueden distinguir entre los distintos tipos de dolor que sufre un paciente, aunque el propio paciente no sepa si el dolor tiene un componente más físico o más emocional. La técnica, además, permite cuantificar de manera objetiva la intensidad del dolor. De ahí el nombre de termómetro del dolor.

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Útil para los pacientes y para la investigación

La aplicación de la resonancia magnética funcional para monitorizar el dolor supone un avance relevante para la investigación y el tratamiento de la artrosis. Cabe recordar que uno de los objetivos principales del tratamiento de la artrosis es precisamente el control del dolor para mantener una buena calidad de vida.

Hasta ahora, los médicos han evaluado el dolor a partir de las percepciones subjetivas de los pacientes. Pero dado que el dolor es una experiencia personal e intransferible, este sistema de evaluación tiene un amplio margen de incertidumbre. Con la nueva técnica, por primera vez es posible objetivar la percepción del dolor en personas con artrosis.

Un primer beneficio de este avance, que por ahora aún es experimental y se utiliza con fines de investigación, es que permitirá evaluar mejor la acción analgésica de los fármacos. Se podrá investigar sobre qué componente específico del dolor es más activo cada fármaco, lo que debería favorecer la mejora de los tratamientos analgésicos para las personas con artrosis.

En un futuro a medio plazo, los médicos del hospital del Mar prevén que la resonancia magnética se utilizará también para individualizar el tratamiento de los pacientes. Analizando cómo cada persona experimenta el dolor, y cómo actúa cada fármaco, se podrá decidir el tratamiento más adecuado para cada caso.

Finalmente, un beneficio colateral de la investigación es que puede aclarar algunos de los malentendidos que ocurren a veces entre personas con artrosis -o con otras enfermedades- y sus allegados. Ante expresiones de dolor que parecen desproporcionadas, puede ocurrir que los familiares de los pacientes piensen que se quejan sin motivo o incluso que se aprovechan de su situación para no colaborar en alguna tarea. Pero los médicos del Hospital del Mar han observado en una investigación dirigida por el reumatólogo Jordi Monfort que, en un tercio de las personas con artrosis, los circuitos del dolor en el cerebro permanecen activos incluso cuando ha desaparecido la causa original del dolor.

Un comentario
  • Muy interesante y útil ese descubrimiento. Hace tiempo que yo publiqué mis opiniones sobre lo bueno que sería descubrir el modo de medir el dolor, tanto para éstos como para otros casos. Se podría comparar creo yo con la utilidad de la medición de la temperatura y de otros tipos de exploraciones y medidas de los parámetros como indicadores de la salud.