La comorbilidad es un término médico que se emplea para hablar de la presencia de más de una enfermedad al mismo tiempo, y los efectos que esto puede generar. En el caso de la artrosis, encontrar otras enfermedades que coexisten con ella es bastante común: se estima que el 37% de los pacientes con prótesis de cadera o rodilla sufre otra enfermedad. Concretamente el 50 por ciento padece hipertensión arterial, 30 por ciento problemas pulmonares y el 11 por ciento diabetes.
Pacientes polimedicados
Padecer una de estas enfermedades junto con la artrosis repercute directamente en la calidad de vida del paciente, y a su vez, en el tratamiento. Es muy probable que un paciente con varias enfermedades crónicas esté tomando varios fármacos para tratarlas, convirtiéndolo en lo que los médicos definen como “paciente polimedicado”.
En estos casos, las precauciones se han de extremar: por una parte, cuantos más fármacos se toman, más difícil resulta seguir el tratamiento adecuadamente y con regularidad, lo que podría comprometer nuestra salud. Por otra, existe el riesgo de interacción entre varios medicamentos, que podrían causar efectos no deseados.
El tratamiento de la artrosis requiere una serie de medidas farmacológicas y no farmacológicas que variarán en base a los factores de riesgo y las comorbilidades de cada paciente. Nuestro médico tiene la capacidad de seleccionar el tratamiento adecuado no sólo en base a su efectividad, sino teniendo en cuenta también los efectos secundarios que pueda acarrear. Es por ello que ponernos en las manos de un profesional que conozca nuestra historia clínica es clave.