“Durezas y juanetes, pero también desestructuración muscular o incluso artrosis. Son algunas de las consecuencias que puede acarrear el uso prolongado y habitual de zapatos de elevado tacón. Y es que la moda cada vez más extendida de llevar a diario calzado con tacones imposibles puede pasar una seria factura a la salud de los pies de las mujeres que los usan de manera habitual”.
Esta es la advertencia con la que empieza un interesante artículo publicado esta semana en La Vanguardia. El periódico ha consultado a diferentes podólogos como el Dr. Cortés, Director del Máster Universitario en Podología Clínica y Cirugía Podológica Avanzada de la Universidad Europea de Madrid, que cuenta que “cuando alguien se calza unos tacones hace que se cambien todas las posiciones articulares del pie: el tobillo queda más flexionado, esto hace que la rodilla y la cadera también se flexionen, y se incrementen las curvaturas en la espalda. Esto puede generar en dolores a nivel lumbar y cambios artrósicos en la rodilla de alguna manera irreversibles tanto en el pie como en otras partes del cuerpo”.
El tacón es antinatural
Otro experto, José Manuel Ogalla, presidente del Colegio oficial de Podólogos de Catalunya y profesor de la Universidad de Barcelona, afirma que “el tacón es antinatural” y añade: “Al caminar con tanta inclinación queda una pierna muy estilizada pero la musculatura extrínseca de la pierna, especialmente los gemelos y el sóleo (músculo situado bajo los gemelos), se contraen y quedan más cortos de lo normal”.
Este es un tema que cada vez genera más interés. Un estudio publicado en 2011 en la revista científica Gait & Posture, concluía también que el uso de tacones altos puede conllevar un mayor riesgo de degeneración articular, así como el desarrollo de artrosis de rodilla.
Así que aquí queda el consejo de hoy, esperamos que os sea útil.
