Autor: Josep Corbella (Periodista científico de La Vanguardia)
Basta con introducir una muestra de saliva en un pequeño tubo de plástico y enviarlo por correo a un laboratorio. Dos semanas después llegan los resultados, que indican si una persona tiene un riesgo alto de que su artrosis de rodilla progrese rápidamente, o bien si la artrosis tendrá probablemente una evolución lenta.
Qué dice el Arthrotest
Una investigación realizada a lo largo de cuatro años con 281 pacientes de 31 hospitales españoles ha identificado características genéticas que indican cómo evolucionará una artrosis de rodilla. Es decir, según el perfil genético de cada persona, es posible predecir si su artrosis progresará rápidamente y si es probable que necesite una prótesis de rodilla en un plazo inferior a diez años.
El Arthrotest analiza variantes genéticas relacionadas con la evolución de la artrosis de rodilla para que médicos y pacientes tengan esta información y puedan actuar en consecuencia. Según los datos de la compañía Bioibérica, alrededor del 40% de las personas con artrosis de rodilla en España tienen las variantes genéticas relacionadas con una progresión rápida de la artrosis.
Qué no dice el Arthrotest
Por otro lado, el test pronostica cómo evolucionará la enfermedad una vez se ha iniciado, pero no indica si una persona desarrollará artrosis en el futuro.
Tampoco permite monitorizar cómo está evolucionando la artrosis. Esto se debe a que el test analiza el ADN en la saliva, no la actividad de los genes en la articulación afectada por la artrosis. Es decir, analiza un perfil genético común a todas las células del organismo, pero no cómo se están transformando los tejidos en la articulación de la rodilla.
Finalmente, aunque el test tiene una precisión elevada, hay que advertir que no es infalible. Concretamente, tiene una precisión del 82%. Esto significa que, de cada cien personas que se hacen el test, 82 son clasificadas correctamente como de riesgo alto o bajo y 18 son clasificadas erróneamente. Según la reumatóloga Ingrid Möller, especialista en artrosis del Instituto Poal, este es “un nivel de precisión excelente”.
Qué dicen los médicos
Como cualquier otro test genético, el Arthrotest sólo es interesante en la medida en que aporta información útil. De bien poco sirve saber que tenemos un riesgo alto de sufrir Alzheimer en el futuro si no podemos hacer nada para prevenirlo. En cambio, sí puede ser útil saber si corremos un riesgo alto de algún tipo de cáncer si podemos extremar las medidas de precaución, como hizo recientemente Angelina Jolie al descubrir que tenía una mutación en el gen BRCA1.
En personas que no practican atletismo, los resultados del Arthrotest también pueden ser útiles para extremar las medidas de prevención. “Podemos analizar la biomecánica de la marcha, el tipo de calzado que lleva la persona, reforzar la musculatura de las piernas para estabilizar la rodilla, revisar la dieta para evitar el sobrepeso…”, explica Ardèvol. “Si el perfil genético nos dice que una persona tiene una artrosis con riesgo de progresión rápida, son muchas las medidas que podemos tomar para frenar esta progresión”.
El objetivo es que los resultados del test permitan “intervenir a tiempo para que las personas con artrosis de rodilla no lleguen a necesitar cirugía”, informa Josep Vergés, director científico de Bioibérica.
Para quién puede ser útil y para quién no
Con estos datos y declaraciones, el Arthrotest se presenta como una prueba que ofrece información útil para personas que tienen una artrosis de rodilla incipiente y que aún están a tiempo de extremar las medidas de prevención para frenar la progresión de la enfermedad. No puede defenderse su uso en personas en que la rodilla está ya muy deteriorada ni por ahora en casos en que la artrosis afecta a articulaciones distintas de la rodilla.
Cómo conseguir el test
El Arthrotest, que se ha introducido en el mercado esta pasada primavera, no está cubierto en estos momentos por la sanidad pública ni por las compañías aseguradoras sanitarias. La prueba tiene un coste de 247 euros que debe ser asumido por el paciente. Dado que el resultado del test genético debe ser interpretado por un médico, no es un producto de venta libre en farmacias sino que debe ser el propio médico quien lo prescriba a los pacientes para los que puede ser útil.