La oportunidad perdida del rey Juan Carlos
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Josep Corbella (Periodista científico de La Vanguardia) Ni una sola vez, en los 45 minutos de la rueda de prensa en que se anunció que el rey Juan Carlos debía operarse de nuevo de la cadera, se pronunció la palabra artrosis. Cuando un personaje público importante sufre un infarto, se informa del infarto. Si se […]

Josep Corbella (Periodista científico de La Vanguardia)

Rueda de prensa donde se anunció la nueva operación del Rey. Fuente: www.rtve.es
Rueda de prensa donde se anunció la nueva operación del Rey. Fuente: www.rtve.es

Ni una sola vez, en los 45 minutos de la rueda de prensa en que se anunció que el rey Juan Carlos debía operarse de nuevo de la cadera, se pronunció la palabra artrosis.

Cuando un personaje público importante sufre un infarto, se informa del infarto. Si se le diagnostica un cáncer, ya no se esconde tras el eufemismo de “una larga enfermedad”. Pero la artrosis aún no ha salido del armario: cuando afecta a un personaje público, se prefiere hacer una elipsis.

No sólo en el caso del Rey. Los estudios epidemiológicos sugieren que unos cinco millones de personas en España sufren dolores articulares derivados de la artrosis. ¿Dónde están?

Si se repasa el historial clínico de don Juan Carlos, no hay duda de que la articulación de la cadera que se ha tenido que operar por segunda vez está afectada de artrosis.

Gran aficionado al esquí, a la vela y a la caza, ha tenido a lo largo de su vida una sucesión de lesiones que le han obligado a pasar repetidas veces por el quirófano.

Las más aparatosas fueron, por un lado, el choque con otro esquiador en Baqueira Beret en 1991, que le causó una fractura de la meseta de la tibia derecha, en la misma rodilla donde veinte años más tarde se le tuvo que implantar una prótesis; por otro, la caída accidental que sufrió en una cacería en Botsuana en el 2011, que le causó una fractura del fémur derecho y que le obligó a someterse a una primera prótesis de cadera.

A ellas se añaden la fisura en la pelvis que sufrió esquiando en Suiza en 1983, por la que no fue operado en aquel momento pero sí dos años más tarde a causa de complicaciones derivadas de la lesión; una fisura en el antebrazo derecho por una caída esquiando en Candanchú en 1995; una intervención quirúrgica para tratar una lesión del tendón de Aquiles en el 2011; otra intervención para tratar el deterioro de la zona sacrolumbar de la columna vertebral… En total, son ya trece las veces que el Rey ha sido operado, once de ellas por problemas del sistema músculoesquelético.

Nunca se ha informado oficialmente de cuántas de las articulaciones que se le han intervenido están afectadas de artrosis. Está demostrado que el riesgo de desarrollar artrosis se multiplica en articulaciones donde se han producido lesiones. Pero sólo en el caso de la prótesis izquierda de cadera, que se le implantó en noviembre del 2012, la Casa Real informó de que la articulación tenía artrosis. La infanta Pilar, hermana de don Juan Carlos, reconoció entonces que el Rey sufre una artrosis con un componente hereditario que afecta a “toda la familia”. Explicó incluso que a ella también lleva dos prótesis de cadera y su hermana, la infanta Margarita, una.

Los traumatólogos Manuel Villanueva y Antonio Ríos añadieron en marzo del 2013 que “el Rey podría tener un deterioro más avanzado de lo que hasta aquí creíamos, con una artrosis generalizada”. Esto explicaría que se haya operado no sólo de las caderas y una rodilla, sino también de la columna.

Pero al anunciar el 20 de septiembre que el Rey iba a ser operado de nuevo, el jefe de la Casa Real y los médicos responsables de la intervención se abstuvieron de decir la palabra artrosis.

Oportunidad perdida

douleur au col du femurDifícilmente se podrá reducir el impacto de la artrosis, que es responsable del 22% de las bajas laborales en España y tiene un coste estimado de 4.700 millones de euros anuales, mientras siga siendo un trastorno que se prefiere no reconocer. Porque uno de los mayores obstáculos para mejorar la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento de la artrosis es la falta de concienciación y de información sobre la enfermedad.

Omitir que el Rey tiene artrosis cuando se le va a operar para resolver un problema derivado de la artrosis es hacer un flaco favor a la salud pública del país. Desde luego, el principio de intimidad del paciente es innegociable. Aunque sea el Jefe de Estado, si una persona prefiere no revelar detalles de su estado de salud, hay que respetarlo.

¿Pero no hubiera hecho un mejor servicio al país recordar sin ambages que el Rey tiene artrosis, que es una enfermedad que puede afectar a cualquiera y que, aunque todavía no se sabe cómo curarla, hoy día se puede reducir su impacto con una prevención adecuada y un diagnóstico precoz?