Más del 70% de los mayores de 50 años presentan signos de artrosis, que aunque puede afectar a todas las articulaciones, se produce más frecuentemente en las rodillas, manos, caderas y la columna.
La artrosis afecta sobre todo a las mujeres, y a menudo se relaciona con la pérdida de estrógenos que se produce tras la menopausia. Además existen otros factores que los expertos consideran de riesgo para desarrollar la artrosis, como lo son la obesidad, la edad, las actividades diarias, la densidad mineral ósea y la nutrición.
Por eso, el tratamiento de la artrosis debe ser personalizado, y debe estar dirigido a controlar los síntomas, mantener la función de la articulación afectada y reducir al máximo la progresión de la enfermedad.
Existen tres tipos de tratamientos para la artrosis:
- Los que reducen los síntomas
- Los que frenan la destrucción del cartílago o revierten la progresión de la artrosis
- El tratamiento quirúrgico que se aplica en casos avanzados y consiste en el lavado articular o la prótesis.
Pero como os hemos contado en otras ocasiones, la artrosis no es una enfermedad exclusiva de la tercera edad, y es de gran importancia su detección temprana mediante el diagnóstico de un médico, que permita aplicar las medidas adecuadas lo antes posible para prevenir su progresión.
Fuente: Europa Press