Un verano para recordar

Un verano para recordar

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Con los últimos días del verano llega el inicio del curso y con él la vuelta a la rutina para muchos, pero también es hora de recordar los mejores momentos de las pasadas vacaciones. Seguro que los niños que formaron parte del II Campamento de Verano para niños con enfermedades reumáticas tienen montones de estos […]

Con los últimos días del verano llega el inicio del curso y con él la vuelta a la rutina para muchos, pero también es hora de recordar los mejores momentos de las pasadas vacaciones. Seguro que los niños que formaron parte del II Campamento de Verano para niños con enfermedades reumáticas tienen montones de estos momentos memorables, gracias a sus compañeros de campamento y los monitores que transcurrieron junto a los niños quince días llenos de actividades.

La segunda edición de este campamento tan especial ha sido un éxito según la Sociedad Española de Reumatología, ya que durante la convivencia los 40 niños de entre 8 y 14 años han conseguido madurar adaptándose a sus limitaciones a la vez que se divertían.

El doctor Daniel Clemente, reumatólogo del Hospital Niño Jesús encargado de asistir a los niños, afirma que  además “se pretende favorecer su autonomía personal, enseñar unos hábitos de vida saludables y mejorar su condición física mediante un programa de ejercicios. El hecho de convivir con otros niños en una situación similar les ayuda a no sentirse diferentes y se establecen conductas solidarias y de ayuda mutua”.

verano SEREl campamento de verano se plantea de manera que los niños con enfermedades reumáticas puedan realizar actividades como cualquier otro niño, pero al mismo tiempo supervisando sus tratamientos e inculcándoles unos hábitos de vida saludable mediante el ejercicio diario que es fundamental para su desarrollo.

Pero la experiencia no solamente ha sido enriquecedora para los niños; según indica David, uno de los padres, el campamento “ha aportado a los niños independencia, la oportunidad de compartir experiencias, de salir de la rutina de la enfermedad sin olvidarse de ella, pero haciéndoles más autónomos. Y los padres también hemos aprendido mucho. Ha sido una lección por parte de nuestros hijos, ya que a veces les limitamos más de lo que les corresponde”.