Sabemos que el sobrepeso es perjudicial para la artrosis, en primer lugar porque sobrecargar las articulaciones provoca que estas se desgasten. Pero además, los alimentos que ingerimos pueden afectar a factores clave en el desarrollo de la artrosis como la inflamación.
Un estudio publicado recientemente y realizado por una universidad finlandesa, afirma que una dieta como la nórdica podría reducir la expresión de algunos genes asociados a la inflamación. Estos genes son concretamente los que están relacionados con enfermedades crónicas como la artrosis, y se hallan en mayor cantidad en las personas que tienen sobrepeso.
Concretamente para el estudio se analizaron estos genes en dos grupos de personas: las que siguieron una dieta saludable, y las que mantuvieron sus hábitos como siempre, lo que en los ensayos clínicos se denomina como un “grupo de control”. Tras un periodo de 18 a 24 semanas, los científicos pudieron comprobar que el grupo que siguió la dieta tenía una expresión menor de los genes que causan la inflamación en comparación con el grupo de control, aunque ambos grupos mantuvieron su peso corporal durante todo el estudio. Esto demuestra la importancia de una buena alimentación para reducir la inflamación que provoca algunas enfermedades como la artrosis.
¿Cuáles son los alimentos que componen esta dieta?
Uno de los principales compuestos que podrían ser beneficiosos para reducir la inflamación es el Omega-3, un ácido graso que se encuentra en alta proporción en los aceites vegetales como el de colza o el de oliva, y en pescados como el salmón, la sardina o el atún.
Por eso, no sólo hemos de dar una mayor importancia a los alimentos que nos ayuden a mantener nuestra línea y a no subir de peso, sino que también tendremos que tener muy en cuenta si son ricos en fibras, Omega-3 y otros nutrientes que además son beneficiosos para nuestras articulaciones.