Haciendo ejercicio activamos nuestro organismo, obtenemos bienestar y prevenimos infinidad de enfermedades, entre ellas la artrosis: la actividad física es vital para prevenir o ralentizar el avance de la enfermedad tanto o más que los fármacos o la fisioterapia.
Ejercicio: previene y frena la artrosis
La artrosis afecta a un 12% de la población mayor de 40 años, siendo una de las principales causas de consultas a la sanidad pública, con el consiguiente coste en recursos sanitarios (atención médica, pérdida de productividad, medicación, cirugía). Pese a la importancia del ejercicio para prevenir y tratar la artrosis, un estudio realizado por el Instituto “Jordi Gol”, advierte que más de la mitad (54%) de las personas con artrosis no realizan ningún tipo de actividad física. El estudio también revela que las personas con artrosis que no realizan ejercicio tienen un índice de masa corporal superior al recomendable para su edad, complexión física y estatura.
Deportes con poco impacto articular como el aquagym, la natación o el ciclismo ayudan a prevenir o a retrasar la aparición de la enfermedad así como su evolución, pues refuerzan la musculatura que soporta las articulaciones, en especial rodillas y cadera. Debe acompañarse el ejercicio con dieta, dando talleres de cocina saludable a los pacientes y cuidadores. El paciente con artrosis debe poner de su parte y concienciarse de que el tratamiento de la artrosis no es únicamente farmacológico: requiere ejercicio y perder peso, que además redunda en otros beneficios de salud, no únicamente para la salud articular.
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