Aunque la artrosis es una enfermedad que se asocia a la vejez, también puede aparecer antes de la edad de jubilación, afectando por tanto a la actividad laboral del paciente. De hecho, la artrosis es la causa más frecuente de incapacidad y de bajas laborales.
En todos los casos mencionados estamos haciendo referencia a artrosis avanzada, que dificulta tanto la vida cotidiana como la laboral. En estos casos, la artrosis puede obligarnos a cambiar de actividad laboral por una más adecuada a nuestra salud articular, o, en el peor de los casos, la discapacidad laboral o la jubilación anticipada. Esto conlleva enormes costos laborales y sociales en indemnizaciones, pérdida de horas de trabajo y pensiones por incapacidad. Según datos del estudio ArtroCad de la Sociedad Española de Reumatología, una tercera parte de los enfermos en edad laboral estaban de baja en el momento de responder al cuestionario, lo cual suponía un total de 4.377 horas de trabajo perdidas. Los restantes enfermos, parados o jubilados, no habían podido realizar su actividad principal durante 25.000 días durante los últimos seis meses.
En suma, los cerca de 1.000 enfermos participantes en el estudio perdieron alrededor de 30.000 jornadas laborales o no-laborales durante en seis meses por causa de la artrosis de un total de 183.000, lo cual supone un 16% del total. Este único dato nos da una idea del enorme impacto que supone la artrosis en la vida cotidiana tanto de personas con una vida laboral activa como de jubilados.