Las células madre musculares son el principal factor que permite la regeneración muscular después de una lesión. Son células que permanecen “latentes” en el tejido muscular, activándose cuando se produce una lesión o una intervención quirúrgica. Cuando las fibras musculares son dañadas, las células madre se activan y comienzan a proliferar, y algunas de ellas forman nuevas fibras para restaurar la función de los músculos.
Este estudio ha revelado el papel clave de las proteínas para la regeneración muscular. Un descubrimiento que abre vías de investigación para nuevos tratamientos para combatir el envejecimiento o trastornos musculares como la distrofia muscular.
La proteína clave
El estudio afirma que la función de las integrinas (o, más precisamente, de la proteína denominada β1-integrina) es crucial para mantener el ciclo de vida de las células madre musculares. Las integrinas son proteínas que “integran” el interior de la célula con el entorno exterior; sin las integrinas, el proceso regenerativo del músculo quedaría interrumpido.
El estudio determinó que la función de β1-integrina se reduce en células madre de músculos envejecidos. Cuando se activó la integrina en ratones de laboratorio con músculos envejecidos, los investigadores pudieron observar que sus capacidades regenerativas se recuperaron a niveles juveniles.
A pesar de que haga falta investigar estos hallazgos con mayor profundidad, los resultados son especialmente relevantes para la salud musculoesquelética de las personas más mayores. En un futuro esta investigación podría contribuir a hacer posibles tratamientos para la degeneración muscular causada por el envejecimiento y por enfermedades como la distrofia muscular.