Obesidad y artrosis son dos factores que se retroalimentan mutuamente: la obesidad aumenta la sobrecarga articular, con lo que éstas padecen un mayor desgaste, reduciendo la movilidad, lo que a su vez aumenta el sobrepeso y la obesidad. Evitar la obesidad es importante para detener la progresión de la enfermedad y reducir el dolor y la pérdida de movilidad.
En personas con obesidad, la artrosis suele progresar más rápidamente
Las personas con obesidad tienen una limitación funcional que hace que tengan más morbilidades asociadas que influyen sobre la artrosis. La obesidad se asocia a inflamación crónica de bajo grado, tanto sistémica como local en las articulaciones, lo cual se asocia a un aumento de dolor y una progresión más rápida de la enfermedad. Este factor explicaría la artrosis de manos, pues las articulaciones de las manos no soportan peso habitualmente: la obesidad se asocia a una mayor incidencia de artrosis y no únicamente en las denominadas articulaciones “de carga” (cadera o rodilla). En las personas con sobrepeso también se aprecia un mayor número de casos de artrosis en otras articulaciones que no son de carga, como por ejemplo las manos. Los especialistas creen que esto se debe a que la alteración del metabolismo asociada a la obesidad produciría sustancias con capacidad inflamatoria que causan daños al cartílago articular.
La sobrecarga articular en personas con obesidad se asocia a un aumento del dolor, lo cual reduce la movilidad del paciente, que cada vez se mueve menos, con lo que su obesidad aumenta si no sigue una dieta saludable. Estas personas suelen tener diabetes e hipertensión, factores que juegan un papel negativo en el deterioro del cartílago. Asimismo, el uso de antiinflamatorios como analgésicos no se recomienda en pacientes con hipertensión, diabetes y/o factores de riesgo cardiovascular. Existen otros fármacos seguros y financiados, como el condroitín sulfato, o complementos dietéticos orales basados en ácido hialurónico, para tratar la artrosis en las personas con sobrepeso.
Es importante que las personas con obesidad y con artrosis sean conscientes de que es necesario perder peso, para lo cual los especialistas recomiendan practicar ejercicio moderado de bajo impacto articular (natación, por ejemplo) además de seguir una dieta equilibrada. Los beneficios son notables: van a reducir los síntomas de la artrosis y van a evitar que progrese aceleradamente, además de reducir otro tipo de factores de riesgo como la hipertensión o la diabetes.