Cada vez se está hablando más de una terapia indicada para personas con dolencias de todo tipo, pero especialmente para aquellas que padecen dolor agudo o crónico en las articulaciones, y es la terapia física en el agua. Supone un tratamiento muy recomendable para personas mayores y que cuenta con múltiples beneficios a favor de una buena salud articular.
Los fisioterapeutas que apuestan por este tipo de terapia destacan sus beneficios: mejora el movimiento articular, la elasticidad, la potencia muscular, la coordinación y el equilibrio. Es más, la temperatura del agua favorece el flujo sanguíneo, por lo que mejora la circulación y esto provoca un efecto analgésico, disminuyendo el dolor y relajando la musculatura. Sin olvidarnos de los beneficios psicológicos: disminuye el nivel de ansiedad y estrés, ya que la persona se encuentra en un entorno agradable y sociable.
Aprovechando la disminución de la gravedad y el poder de la flotabilidad en el agua, realizar los ejercicios fisioterapéuticos dentro de este líquido tiene un menor impacto sobre las articulaciones, ya que la carga corporal disminuye, por lo que se requiere un menor esfuerzo y reduce el dolor articular al realizarlos.
Además, es una alternativa real a los ejercicios aeróbicos en el suelo o en las máquinas de gimnasio para las personas con sobrepeso o mayores de 65 años. Haciéndolos en el medio acuoso, disminuye el esfuerzo y la sobrecarga, mientras que aumenta la quema de grasas y favorece la correcta función cardiovascular.
De esta manera, 45 minutos de ejercicio acuático o aquagym con una intensidad moderada 2 o 3 veces por semana ayudará a mejorar la movilidad y flexibilidad de las articulaciones afectadas, controlar el peso corporal, coger confianza para realizar las actividades diarias y afrontar activamente esta dolencia de una manera más positiva.