Entre las muchas terapias “alternativas” para la artrosis y otros trastornos reumáticos, se ha propuesto el uso del cartílago de tiburón. Pero, ¿sirve de algo? La respuesta es que no existen, a día de hoy, evidencias científicas de su supuesta eficacia.
Los fabricantes de compuestos a base de cartílago de tiburón sostienen su utilidad para el tratamiento de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer, la artritis, la artrosis, y la psoriasis. No obstante, las diversas ediciones de la Natural Medicines Comprehensive Database estadounidense, que clasifican la eficacia de estos medicamentos, afirman que “no se disponen de evidencias suficientes para determinar su eficacia”. Cuando se aplica a la piel, el supuesto efecto de alivio de las pomadas o cremas de cartílago de tiburón sobre la articulación se debe, probablemente, al alcanfor y a otros compuestos añadidos al compuesto. Además, no se ha demostrado que el cartílago de tiburón pueda ser absorbido por vía ósea. Es más, existe un estudio publicado en 2015 de las propiedades proinflamatorias del cartílago de tiburón, lo cual tendría, en teoría, un efecto perjudicial sobre la articulación con artrosis.
El uso del cartílago de tiburón, por tanto, queda descartado por ineficaz (además de poner en peligro diversas especies de tiburón en peligro de extinción debido a su pesca masiva). Es importante que el paciente de artrosis escuche a su reumatólogo, que le aconsejará sobre los tratamientos, farmacológicos y no farmacológicos, que son seguros y eficaces contra la artrosis. Perder peso, un calzado adecuado, dieta equilibrada y ejercicio moderado, a día de hoy, son la opción más válida para ralentizar la progresión o la aparición de la artrosis.
De acuerdo, si no hay estudios y evidencias científicas…..no es bueno afirmar eso