La llegada del frío supone un aumento de dolor y rigidez para las personas que padecen una serie de afecciones reumáticas, artrosis incluida. Durante el invierno, las personas con artrosis experimentan un empeoramiento de los síntomas: rigidez muscular y dolor articular, entre otros. Durante los meses de frío se ha registrado un incremento del 50 por ciento de las personas que solicitan tratamiento para problemas articulares y óseos.
Los motivos por los que la artrosis empeora en invierno son diversos:
- Los receptores del dolor son más sensibles
- El descenso de la presión atmosférica causa dolor articular. El descenso de presión provoca inflamación tisular, tensión entre articulaciones, y dolor.
- Las temperaturas más frías provocan más espasmos musculares, que a su vez aumenta el dolor y la rigidez articular.
- El frío reduce la circulación sanguínea en dedos de pies y manos, lo cual incrementa el dolor.
- La reducción de horas de sol supone niveles más bajos de vitamina D, lo cual debilita huesos y articulaciones.
Cómo proteger sus articulaciones del frío:
- Abrígate. Asegúrate de tener siempre protegidas del frío las áreas más afectadas por la artrosis: manos, rodillas, piernas, cuello.
- La hidratación es importante. Una ligera deshidratación hace que el paciente de artrosis sea más sensible al dolor. Es importante beber con regularidad, aun cuando no se sienta sed.
- Bolsas de agua o mantas te ayudarán a estar abrigado mientras duermes o descansas. Las bolsas de agua o mantas eléctricas son particularmente útiles para las articulaciones más afectadas por dolor y rigidez.
- Nadar en una piscina climatizada aliviará el dolor articular y te ayudará a mantenerse activo y a reforzar la musculatura articular.
- Asegúrate de incluir en tu dieta suficiente vitamina D. Un nivel inadecuado de vitamina D se asocia a diversas afecciones reumáticas, como por ejemplo la osteoporosis.
- Aumenta la ingesta de ácidos grasos omega 3. Estos ácidos reducen el nivel de inflamación de las articulares. Alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 son el pescado, nueces o aguacate.