Artrosis en pies y tobillos: algunas recomendaciones
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Artrosis en pies y tobillos: algunas recomendaciones

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El tobillo y el pie, aunque no son las zonas afectadas con más frecuencia por la artrosis, pueden ser zonas especialmente problemáticas, pues limitarán mucho nuestra movilidad y calidad de vida. Y, como ya hemos insistido en entradas anteriores, limitar la movilidad supone un riesgo importante de pérdida de esperanza y de calidad de vida.

En el pie humano hay 28 huesos y más de 30 articulaciones. De estas, las cinco que son afectadas con más frecuencia por la artrosis son: tobillo, las tres articulaciones del retropié y el hallux o dedo grueso del pie.

El mecanismo es el mismo que en el resto de artrosis: el deterioro progresivo del cartílago que va limitando poco a poco nuestra movilidad a causa de dolor y rigidez. En el caso de la artrosis de pie suele comenzar por un dedo y se va extendiéndose por todo el pie hasta alcanzar el tobillo. Se caracteriza por la rigidez del dedo y por el dolor cuando se camina, se está de pie, corriendo o incluso en reposo. Además, el paciente nota, poco a poco, como va perdiendo la movilidad del dedo.

Existen diversos factores que favorecen la aparición de la artrosis de pie:

  • Haber sufrido lesiones o esguinces en el pie
  • Someter a los pies a sobrecargas de forma regular (p. ej. uso de zapato de tacón)
  • Mala higiene postural

Algunas recomendaciones para el tratamiento de la artrosis de tobillo y pie:

 El calzado es importante. Como también ocurre con la artrosis de rodilla, un calzado inadecuado puede empeorar los síntomas e incluso acelerar la progresión de la enfermedad. El calzado deberá sujetar bien las articulaciones y evitar movimiento y fricción del pie en el interior de este. Los zapatos de tacón se asocian a diversos tipos de artrosis, en particular de rodilla, tobillos y pies.  Los tacones, en particular los más altos, generan una mayor presión sobre las articulaciones del pie y de las rodillas, que desgastan las articulaciones y propician y aceleran la aparición de la artrosis.

Estiramientos y ejercicios. Es muy aconsejable hacer estiramientos, rotar y flexionar los dedos y  articulaciones del pie a fin de mejorar su movilidad y reforzar la musculatura de este.

Controlar el peso. Al igual que la artrosis de rodilla, el peso tiene gran importancia a la hora de controlar la artrosis de pie y  tobillo. Dieta equilibrada y ejercicio regular y adecuado a nuestra edad y condición física y articular y evitar cargar grandes pesos (es recomendable utilizar trolley o carro de la compra en lugar de bolsas o maletas). A la hora de hacer ejercicio, es aconsejable que sea en suelos pocos duros, como por ejemplo césped o tierra. Debemos evitar caminar sobre superficies sobre el cemento. Si además utilizamos calzado inadecuado, el daño casado es mucho mayor.

Visite el podólogo. La artrosis avanzada puede causar deformidades en los pies, durezas y callos que pueden ser muy dolorosos. Es necesario visitar regularmente al podólogo para corregir estos problemas que pueden limitar mucho nuestra movilidad y calidad de vida. En este sentido, las plantillas personalizadas basadas en estudios de biomecánica que distribuyen mejor la presión del peso mejoran las articulaciones y mejoran la inestabilidad provocada por la artrosis de pie y tobillo.