A pesar de que la artrosis se califica como una enfermedad crónica, existen medidas que podemos tomar para prevenirla, para frenar su avance y para mejorar sus síntomas en general. Todo dependerá de la fase en la que se detecte la enfermedad: cuanto antes se haga, mejor. Incluso hay unas sencillas medidas que podremos tomar para prevenirla antes de que aparezca.
1- Medidas preventivas


Se trata de las medidas que se han de tomar antes de que la articulación esté dañada. Básicamente se trata de hacer algo de deporte cada día, sin exagerar o forzar las articulaciones, y llevar una alimentación equilibrada para evitar el sobrepeso. La obesidad y el sedentarismo son dos enemigos de la artrosis que con un poco de fuerza de voluntad podremos eliminar de la ecuación. Por otra parte, la dieta y el ejercicio son medidas que además de prevenir la aparición de la artrosis, nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida.
2- Medidas conservadoras


Cuando nos han diagnosticado con artrosis, la primera opción de los doctores es el tratamiento que se centra en conservar la articulación. Este tratamiento se aplica cuando la artrosis se encuentra en una fase inicial o intermedia, es decir, cuando el cartílago y la articulación no se encuentran dañados en exceso. Existen tratamientos no farmacológicos como el ejercicio terapéutico o la fisioterapia, y tratamientos a base de fármacos, que se encargan de proteger la articulación y frenar el avance de la enfermedad, además de aliviar los síntomas como el dolor y la inflamación.
3- Medidas quirúrgicas
Cuando ya no quede otra opción, el último paso a dar pasa por el quirófano. Un traumatólogo valorará la mejor opción en base a las características de nuestra artrosis y su gravedad. Las alternativas van desde las menos invasivas, como la artroscopia o el lavado articular, hasta la implantación de una prótesis parcial o total.